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sábado, 13 de enero de 2018

PICHABRAVA

Lorenzo de Ara
“Eres un pichabrava”. Bueno, lo cierto es que no me atrevo a decírselo a la cara, pero hay un político portuense que de un tiempo a esta parte se mueve por la vida como el pistolero más rápido que ha llegado a la ciudad. Está crecido. Un gigantismo parlanchín nunca visto por estos lares. Ni un ápice de autocrítica. A los demás mortales acojona sobremanera el reparto de mamporros dialecticos que se suceden en las sesiones plenarias y en entrevistas que concede para lavar siquiera un poco la mala imagen de los medios, que en nada ayudan a que su imagen se consolide en una población tan necesitada de cabezas privilegiadas.  

Tiene una verdad imposible de quebrarse. Ya sea el muelle, la estación de guaguas, la limpieza de la ciudad, la jefatura del Estado en miniatura que es el Puerto de la Cruz, etcétera. No es que camine de puntillas. No es que use tacones himalayos, ni hablar, él es así, un pichabrava como nunca antes se había olisqueado por este pueblito olvidado de la mano de Dios (¿Carlos Alonso?).

Con el pleno monográfico del pasado 9 de enero no vayan a pensar ustedes que nació una estrella en la política local portuense.

Se sabe, es algo muy estudiado en el muelle y en la plaza del Charco, que la política municipal siempre ha contado con numerosas estrellas y estrellitas. A veces fugaces, pero estrellas, al fin y al cabo.

Pero un pichabrava hacía largo tiempo que no se pavoneaba por nuestras calles.


Porque no hay cultura taurina en el Puerto de la Cruz, que si no. Lo veo visto de luces. El capote, la espada de matar, gritando, “déjenme solo”, y el morlaco (¿Lope Afonso?) un victorino de 550 kilogramos de peso, aguardando en el centro del albero a que el matador se aproxime con el andar típico, tópico (trófico) del maestro que tiene al público (votantes) entregado, con los pañuelos blancos dispuestos para exigir las dos orejas y el rabo (sobre todo el rabo) del buen animal que reclama una muerte justa y casi indolora.

El muelle deportivo (ojito con decir comercial) ha puesto al pichabrava en la cumbre de los dioses adorados en Sodoma y Gomorra. Muelle de segunda con 126 millones de euros. “Lo tomas o lo dejas”, dijo el presidente insular.

Me complace su armadura. Me entusiasma su elocuencia. Alucino con la fragancia de la verdad out de toilette de nuestro pichabrava.

¿Piensa decir adiós? Hay partidos con primarias, hay partidos con primates, hay partidos con siete estrellas en la oposición. ¡Y jode un montón!, natural.

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