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sábado, 25 de abril de 2015

SAN TELMO, UN PROBLEMA TRAS OTRO

Salvador García Llanos

Lo escribimos el pasado mes de marzo:

“Han abierto el paseo San Telmo, que aún no luce flamante pues siguen las obras en uno de sus tramos. Quizás resulte prematuro hacer evaluaciones sobre el acabado visible, si bien no va a diferir mucho del que sea definitivo. En cualquier caso, ya se escuchaban desde ayer las primeras opiniones contrapuestas, pros y contras, comparaciones, gustos y contrariedades. Ya saben que aquí hay una carga muy subjetiva, las percepciones dependen de muchos factores.

“O sea, que continúa la polémica. Y proseguirá porque albergamos la impresión de que aún van a surgir más cosas. Entre la rampa nonata, las resoluciones judiciales pendientes, los apremios para reabrir la zona de baño, la respuesta del comercio de la zona, la ocupación de la vía pública y la dotación del servicio de bar-cafetería, la controversia se prolongará.

Las valoraciones, pues, más adelante”.

Sin  querer presumir de adivinadores, ese planteamiento de prudencia ha sido de lo más consecuente. Continúan las obras y han surgido más cosas, como lo prueba un reportaje de Raúl Sánchez en “El Día”, titulado “La rampa y los escaparates, otro lío en San Telmo”, en el que se relatan las desventuras de un conocido comerciante de la zona, curiosamente uno de los tres de todo el paseo que presentó un proyecto para acogerse al plan de renovación de fachadas que promovió el Cabildo con la tramitación del proyecto, sin duda uno de los más controvertidos entre los ejecutados en el Puerto de la Cruz durante los últimos años. Se queja el comerciante de una solución de obra, próxima a la rampa peatonal, que perjudica seriamente a su negocio. Días pasados, intentaba agotar las vías de diálogo con responsables del Cabildo Insular para hallar una alternativa.

Así las cosas, es previsible que se demore la fecha de finalización de los trabajos, para desespero de gobernantes y administrados, pues todos querrán de una vez acabar con la que ha sido una pesadilla.

Por supuesto, sigamos dejando para más adelante, las valoraciones.


MANDINGA, EL BARBERO DEL BARRIO

Gregorio Dorta Martín

Mandinga no sé si era un apodo o su auténtico nombre, fue un barbero de La Vera humilde y singular. Más cercano a los sesenta que a los cincuenta, muy orgulloso de su local situado al bajar la calle Nueva hacia San Antonio, en el mismo cruce, en la propia esquina que se dobla para coger la calle, que va a la Casa Azul, es decir la calle de Pepe el Molinero, donde estaba el único molino de gofio del barrio. Les hablo desde hace mucho tiempo, mis imagines retenidas en el espacio y en mi memoria no son claras, todo lo contrario diáfanas, hay cosas, situaciones o lugares que no puedo dar pie con bola, porque lo que escribo, son momentos de mi infancia, cuando era niño y de memoria. Y ya ha llovido considerablemente desde entonces hasta ahora. Sin embargo, todos los pequeños negocios de aquella etapa y en el barrio y ese trozo de calle eran muy peculiares, muy importantes,  estaba la venta de Doña Juana, la barbería de Mandinga y el Molino de gofio de Pepe el Molinero y en esa misma travesía un poco más retirado la Venta de Doña Concha Cantare. Todo en un espacio menos de los cincuenta metros. Para los vecinos ese espacio tan corto era diferente al resto de la zona.

Mandinga, en aquella etapa creo que era el único barbero que había en la Vera, luego llegaron Domingo, el de América y algunos más, pero el primero de todos o por lo menos que yo lo entienda, era Mandinga un hombre todo temperamento, es de esas personas que sabe hablar a todo el mundo, tiene palabras ingenuas para todo aquel que rondaba su zona, su barbería. Mandinga, saluda a las madres que pasan por fuera de su puerta o ventana, conversa de tú a tú sin ningún problema con los aderezados y los más pobres o humildes del barrio y en su cajón dentro de su barbería siempre había un caramelo,  que en aquella etapa esa golosina en ese momento  era muy deseada por los más pequeños, el  cual se le  daba, al que le diera su cabeza al barbero, para córtale el pelo y si se portaba muy bien,  antes sus manos nerviosas y la cuchilla que bailaba de un lado para otro como si fuera un abanico. ¡Caramelo! Dado y ganado.  Incluso, recuerdo que junto a mis amigos lo conocíamos a Mandinga o barbero por el APACHE. Además, era un genio en sus dos facetas que hacia al unísono, jugaba al billar y te cortaba el pelo.

Muy pocos se imaginan una barbería como la de MANDINGA, que en aquella época estaban muy de moda, con poster de mujeres con ropas ligueras y mostrando sus bellos y hermosos cuerpos a todos los hombres, las cuales pese a la dictadura o lo vetado que estaba en la etapa de la autoridad de Franco, era la misma una válvula de escape para los que allí se iban a cortar el pelo o a jugar al billar otra de las grandes aficiones de el barbero del barrio de la Vera. No recuerdo ver nunca una mujer ni cortándose el pelo, ni dentro de la barbería. Era una peluquería sola o destinada para usos de los hombres. Esa era auténtica de barrio. De la que todos los vecinos compraban loterías. De las que tiene una pequeña bañera, con unas finas navajas para afeitar, con un brocha de las antaño, toda posada en una mesa algo alta de madera y debajo en forma de columna salomónica unos viejos periódicos y unas cuantas revista de señoras escondidas a medias, las cuales de pequeño intentaban espiar mediante el espejo a los viejos verdes del barrio que se volvían locos por leer y ver aquella señoras. Todo ello en pos de la curiosidad y la anatomía muy femenina.

Pues bien, hasta que no tuve uso de razón, es decir bien entrada mi juventud siempre me corto el pelo Mandinga,  cuando estaba en la Escuela de Don Benjamin Afonso y me saboreaba el hecho de llevar siempre el pelo corto, para que mis padres no me echaran la bronca. Aunque antes en esta etapa córtate el pelo era algo mítico, algo religioso. Era un deber y una obligación, las mujeres melenas y los hombres por ser macho, pelo corto nada más que asomarte por encima de las orejas ya tenía la obligación de córtate la caballera o si no todos o la mayoría te llamaban “mariposa” y otras cosas más fuertes que no quiero decir por no ofender. Para ir a la barbería, nunca ibas solo o marchabas con tu padre o tu hermano mayor. Recuerdo que en una oportunidad se me pusieron las orejas como un mapache, algo similar con las greñas de alguno de los componentes del grupo inglés The Beatles o en un náufrago para intentar ser protagonista o dar pena a los compañeros de la clase. Por mi grupo musical, por ser diferente, rebelde como todos los jóvenes,  hasta que mi padre se dio cuenta de mi larga caballera, me llevo siendo ya un pimpollo a Mandinga y le comentó, no sé si en plan broma o en serio: “A este córtale el pelo a cero, no se lo deje ni ver”, el barbero haciendo caso a mi padre, me dejo como la cabeza de Yul Brynner, el actor calvo más famoso de la historia del cine,  tanto que estuve una semana sin ir a la escuela y sin salir de mi casa. Incluso, hasta mi madre le recriminó a mi padre porque le había dicho al barbero que me cortara el pelo a “cero” y mi padre se sorprendía diciendo que él se lo dijo en plan broma que nunca pensó que MANDIGA fuera a dejarme de aquella manera.

El barbero de la Vera era además muy buen jugador de billar, ejercía la profesión con su pasión por la mesa de billar. Daba igual que tuvieras prisa o no la tuvieras, él jugaba sus partidas con su contrincante mientras de atendía. Aún recuerdos sus exquisitos movimientos alrededor de la mesa y su cara acompañando la bola hacia su hueco. Era único, Mandinga era de esas personas que llamaban la atención por todos sus movimientos y sus comentarios. En el fondo sé que a todos les dice el mismo cumplido, pero es la manera que tiene empezar conversación. Esta siempre suele seguir el mismo orden: la familia, mis trabajos, estudios, los cambios del barrio, fútbol, y mujeres. De la vida misma vaya. La butaca de cuero y plata es el equivalente al diván de un psicólogo.

Mandiga fue un fenómeno como barbero, billar y persona.

jueves, 23 de abril de 2015

EL CASI PESCOZÓN A RODRIGO RATO

Evaristo Fuentes Melián  

Que el españolito tipo medio quisiera sentirse dueño y señor, juez en cada juicio, muerto en el entierro, vivo neófito en el parto, protagonista principal en todo, parece ser que está más que demostrado. Tú le das cancha a cualquier españolito del montón y opina de todo lo habido y por haber, sea ciencia, tecnología, letras o cualquier temática de alto nivel, sin haberse leído bien el ‘Catón’, que fue donde aprendimos las primeras letras quienes llegamos a este mundo antes del wasap y similares artilugios digitales.

Algunos españolitos de la izquierda verdadera—excluidos quedan, pues, Chaves y Griñán hasta nuevo aviso--se huelen que lo de Rodrigo Rato (en adelante RR) es una parodia para un rato, es un chivo expiatorio para dejar al resto de la cúpula política hispana olvidada de la atención del (poco) respetable público, del grueso de la gente, del pueblo llano… RR  fue cazado poco menos que en calzoncillos en su domicilio y llevado a las dependencias judiciales, lo cual merece un análisis psicológico más que somero, un análisis en profundidad.
La pregunta clave es: ¿Qué estaba pensando el agente, cuando al entrar en el coche celular acarició el hasta entonces intocable cogote del ínclito RR?

He consultado con mi mismo yo, en mi faceta de juez al estilo antes descrito del españolito que de todo sabe o pretende saber, y he aquí el resultado. Me da tres posibles tipos de agente:

Tipo 1.- Agente policía bonachón. En aquel momento del suave pescozón, sintió pena por RR y, en fin, uno tiene su corazoncito y le ayudó a entrar en el vehículo, para que RR no se dañara la testa al huir de aquellos manifestantes energúmenos.

Tipo 2.- Agente policía acongojado. Se dio prisa porque tenía miedo del (poco) respetuoso público que en aquel momento abucheaba a RR hasta casi llegar a las  manos y machacar la carrocería del coche. Y pensó para sus adentros al mismo tiempo que le acariciaba el cuello: “Vamos a librar a RR de esta gentuza y al mismo tiempo me libro yo de recibir algún golpe de rebote…”.

Tipo 3.- Agente tipo policía  guardián del orden a toda costa, un poli de armas tomar y nunca mejor dicho, un facha por vocación, que se sintió dueño en aquel momento de  la cabeza pensante , monetariamente pensante, bankia- mente  pensante de RR,  y le entraron ganas de meterlo en el coche celular a pescozones, pensando para sus adentros: “¡Anda, golfo, agacha la cabeza y métete en el ‘carro’ (influencia del venezolano Maduro), que aquí delante de tanta tele y de tanta gente no, pero en comisaria te vamos a dar pal pelo!”

Y más nada. Ustedes verán, queridos lectores, si tengo  o no tengo razón, pero proteger a RR por el agente en forma de un casi cogotazo se presta a diversas interpretaciones.

 ESPECTADOR

sábado, 18 de abril de 2015

TRABAJOS DE PILARES PARA EL APOYO DE LA PASARELA DE LA VERA


José Peraza Hernández                                            18-04-2015

Continúan a buen ritmo las obras de la pasarela del barranco la Raya yo San Felipe, en este populo barrio de La Vera. En estos momentos se encuentran trabajando en cada uno de los dos pilares fundamental para el descansado la nueva pasarela. Aquí pueden ver en estas imágenes, según se pudo saber, a partir de ahora, tiene que estar secándose unos veinte día (20), para luego montar dicha pasarela.


Los arquitecto sabrán, pero me da la impresión que estos mencionados pilares están un poco más alto que la plaza. Donde se había dicho qué, de esta manera no hacía falta ni rampas ni escalones. Espero que la vista no me engañe.


Solo añadir qué, esperemos que siga con esté buen ritmo. Hasta e próximo capítulo.







RECORDANDO A DON ELPIDIO HERNANDEZ TOSTE

Artículo dedicado a Javier Lima Estévez

Esteban Domínguez

De don Elpidio hay mucho que hablar y también que escribir, era un alcalde a que a todos, nos comentaba, la realidad de esta villa. Fue alcalde de Los Realejos en la época franquista, un hombre muy horrado, trabajador como ninguno, agradable de trato.

Estuvo al frente del ayuntamiento durante doce años. Le sustituyo en el cargo, don Santiago Luis garcía, después de que España, pasara a la democracia.

Don Elpidio era una persona y lo sigue siendo, muy atenta. Gracias a el y a unas personas se abrió al culto la iglesia del Carmen que estaba cerrada al culto.

Tanto el que suscribe como también el compañero José Peraza Hernández, lo hemos tratado, era y lo es, una persona muy querida. Cuando se incendio la parroquia de La Concepción de Los Realejos, el 5 de noviembre de 1978, acudieron al Aeropuerto del Sur, Don Elpidio y también el Padre Siverio, ya que es esos momentos, fue elegido en una asamblea general celebrada en el teatro Cine Realejos, al mencionado canónigo.


La reina doña Sofía los recibió, y le prometió ayudarle en aquellos momentos. Y le ofreció un millón de pesetas para descombrar el solar dañado. En ese incendio se perdieron imágenes muy importantes como la talla de la Virgen de Candelaria de Montarés, la Dolorosa de Lujan Pérez, la Imagen de la Virgen de Afligidos de Pérez Andujar y Cantos, y otros importantes imágenes. Y por estar en la casa del Padre Siverio, también se salvó la de Dolores de Rodríguez de la Oliva.

La del Rosario se pudo salvar de las llamas de aquel siniestro, perteneció a famoso escultor, Manuel de Pereira, autor activo en Madrid desde el siglo XVII. Esta imagen estuvo el la casa de la Hacienda de la Coronela un pequeño retablo, y fue donada a la parroquia por don Francisco Macha y doña Ana Machado. También contribuyeron a confeccionar su retablo e impulsar su cofradía.

Don Elpidio, es y ha sido, una persona muy querida.

Ahora me dicen que esta en un centro de ancianos de santo Domingo.
Antes de terminar su mandato, se dirigió al Periódico EL DIA, para darle las gracias a don José Rodríguez Ramírez por la buena difusión que en los años de su mandato como alcalde, difundió de este municipio.

En infinitiva, tanto de Don Elpidio, como del director de EL DIA, hay mucho que escribir. Ya este diario, -y aprovecho la ocasión- ya no es el mismo, y los muchos colaboradores, que tenía este periódico en Los Realejos, le han “Cerrado” las puertas. Este que suscribe, tiene cinco artículos pendientes de publicar, y por mucho que queramos, tanto Peraza como quien esto escribe, nos han olvidado. Y ni siquiera atienden nuestras llamadas.

En fin, Don José Rodríguez tiene una calle, gracias a la dura lucha que un grupo de amigos, y nos encontramos con algunos problemas con el alcalde de entonces el Sr. Amaro.

Pero todos saben ya, que el Sr. Rodríguez Ramírez tiene su calle, en Los Realejos, para que sirva de ejemplo a presentes y futuras generaciones.

Y termino recordando que de aquel suceso, se pudieron rescatar las Custodia Francisca, La Cruz procesional, la custodia de la Mesa del Corpus, y algunas reliquias religiosas. Pero la Mesa o Trono del Corpus, se quemó, solo se pudo salvar la parte posterior de la misma.

Los daños causados, se estimaron de cerca de 4oo millones. Y se perdieron también los techos artesonados, de pan de oro. Este iglesia estaba considerada “ como la iglesia catedral del norte” por su bella escultura. 

MONAGUILLO, DE DON PEDRO EL CURA

Gregorio Dorta Martín

Fue todo un lujo, fui monaguillo de DON PEDRO el cura. No fui un monaguillo pillo, pero fui ayudante de misa de un cura con mucho peso e historia en este barrio. Todo comenzó como cualquier historia de un niño de esta parroquia. Estaba o estudiaba en la Escuela de Don Benjamín Afonso y fui a sustituir a la iglesia a un compañero que se puso de baja o estaba enfermo en una misa, cuando llegue recuerdo que me encontré con gente que conocía de larga distancia, muy pocas veces en distancias cortas y me encontré con un sacristán o encargado de la iglesia, Melchor que me atendió muy amablemente, aunque yo noté en su forma de hablar que algo pasaba, pero no le di importancia porque cada uno es muy dueño de expresarse como tenga a bien. Esa fue la antesala de la presentación de un chaval con 10, 11 lo máximo 12 años ante el cura de la Vera que fue durante muchos años hasta su jubilación uno de los más famosos del barrio, el más magno y al que todos fuera de la frontera del sector lo conocían por poner un ejemplo, más que hoy a Messi o Ronaldo. En la escuela me eligieron a mí por la altura, necesitaban alguien con cara de inocente, pero que pudiera aguantar muchas horas dentro y fuera de la iglesia. En serio, a mí me gustaba y mucho ser monaguillo, porque me sentía protagonista de todos los que acudían a la iglesia. Recuerdo que me puse la sotana blanca de ayudante, me quedaba corta de pies, casi tengo que usar calcetines largo para que no se me viera mis tobillos o mis rodillas; al preguntar si no había otra de tamaños mayor, me respondió no sé si fue Melchor o Don Pedro,  esa era que la usaba todos los chicos que había pasado por la iglesia y no había manera de que me diera una respuesta acorde, repetía una y otra vez: “esta es la falda de aquí, vaya lío”.

Incluso, recuerdo mi primera misa como monaguillo y como pude pareciendo un embutido por mi vestimenta y mi flaco y largo cuerpo, comenzó la celebración. Yo notaba cierta sonrisita en los parroquianos en mi primera ceremonia, sus caras todas eran muy conocidas, las mujeres delante y los hombres al fondo, típico de aquella etapa. Entonces la Vera no estaba tan poblada como hoy en día.  Aunque uno a pesar de la corta edad tenía muy asumido cual iba hacer mi rol en la vida, eso de ser largo y algo despistado.  Una condición para ser monaguillo tenía que tener ya en tu historial haber hecho la primera comunión y ya la había consumado y ser monaguillo de Don Pedro el cura, no era tarea para nada fácil. Todo lo contrario, muy complicada. Tenías que estar confesando para luego recibir uno de los primeros la santísima comunión y me acuerdo cuando comulgué, el “señor” me supo fatal; era una mezcla de mucho vino con sabor a agua estancada, para un niño de esa edad era todo un castigo, seguro que la misma me dio la fuerza para no arrojarla estrepitosamente sobre el altar. El cura, Don Pedro lo respetaba mucho, sabía que no podía cometer ninguna trastada, ni fechoría aunque a mí me hubiera gustado mucho, para luego correr a contar al resto de amigos que esperaban en los primeros bancos de la propia iglesia, en la oportuna misa. En la misa de los domingos, no recuerdo ver la iglesia, ni vacía, ni media deshabitada, todo lo contrario prácticamente llena. Don Pedro, el cura era muy bueno por sus sermones elocuentes y de vez en cuando se metían de una forma literal con algún vecino que había hecho alguna fechoría. Luego todo ello era comentado por los vecinos en los bancos de la plaza o en las calles o comercios del barrio. Incluso, en uno de mis apuntes de aquella etapa anote en una libreta que llevaba a la escuela uno de sus sermones que yo reproduzco a continuación: “Me gustan los que escuchan y me gustan los que cantan y de tanto andar conmigo, me gusta lo que me pasa, me pasan cosas como estas, pero no tiene importancia, andar contándole a todos, todas las cosas que pasan, porque uno no vive solo y lo que a uno le pasa le está sucediendo al mundo, única razón y causa. Porque todo es tan perfecto, porque perfecto es Dios, que se mueve alguna estrella cuando arranca una flor”. Lo he leído mil y una ocasiones, pero me cuesta entender el mensaje que dio Don Pedro, el cura en alguna ocasión. Todos iban a misa y pese a prestarle mucha atención a Don Pedro, el cura en su sermón muy pocos salían que lo habían entendido un montón.

Las campanas tocaban en casi toda la Misa por lo que era muy difícil pronunciar ni palabra. Aunque a mí me gustaba mucho el sonido fuerte y profundo de las campanas de la iglesia. Tal vez porque anunciaba que era domingo y era fiesta en la calle y en la casa. Hablando de las campanas recuerdo en una ocasión en viernes santos, cuando el sonido de las misma estaban prohibidos y Ulises (q.e.p.d), junto a Teo el de Don Juana hicieron sonar las misma se armó una de padre y señor mío. En esas fechas tan señalas de la muerte resurrección de Jesús, el jueves santos Don Pedro quiso hacer un día diferente y aprovechando que la iglesia tenía ya megafonía, ensayo con tres o cuatro más amigos de aquella etapa (no recuerdo hoy sus nombres), comenzó la plegaría. Había que repetir muchas veces por parte de un compañero, la siguiente frase: Dijo, Pilato. Hasta que en una ocasión manifestó que: “Dijo, Piloto”, se armó cierto revuelo entre los feligreses que escuchaban atento toda la escena.  Por aquellos años los micrófonos de dentro de la iglesia no funcionaban bien; pitaban, se apagaban, un desastre; nuestro amigo Melchor pasaba de vez en cuando por delante del altar en plena celebración, me decía en voz alta (“esto es que no funciona bien, mire chico”) y se dirigía al amplificador, enredaba en todos los botones y ya se pueden imaginar lo que sucedía; yo esperaba que de un momento a otro saliera alguien y me dijera que era una broma de televisión de esas cámaras ocultas, pero no, era real como la vida misma.

El vecindario era muy feliz con DON PEDRO, el cura en la iglesia. Es que era amigo de todos y hacia cosas que todos defendíamos. Un día llegó de la Playa del Socorro en ropa interior a decir una misa, en ese tiempo yo no era monaguillo y que fue contada por todo el barrio. En otra oportunidad tuvo un grave accidente con su coche a altas horas de la madrugada cerca del Centro Médico que está cerca del Hotel Internacional,  con Melchor a bordo, venían de una boda. No fue si era verdad, muchos comentaban que traía una copa de más. Ser monaguillo de Don Pedro, el cura no era tarea nada fácil, tenía a su cargo tres parroquias, La Vera, San Antonio y la Gorgolana, no daba vasto ante tanta misa, primera comunión, bodas, entierros…como para volverse loco. Si el hacía todo ese trabajo, nosotros no nos quedamos atrás y cuando llegaban las fiesta mucho más. En otra oportunidad nos visitó en la iglesia el presbítero irlandés Patrick Peyton, que llego con una frase que en aquella ocasión se puso muy de moda: “La familia que reza unida seguirá unida”, nos confesó a todos y lo hizo fuera del confesionario que nos hacía temblar de verlo tan cerca. Al mismo tiempo, en otra ocasión la misma VIRGEN DE CANDELARIA hizo un recorrido por toda la isla y estuvo en la Parroquia de la Vera, aquello fue un acontecimiento que no olvidaré en mi vida. Sé que de la Vera, se fue o paso por San Antonio y llegó a Puerto de la Cruz.

Siempre me he sentido orgulloso de haber sido monaguillo de Don Pedro, el cura. Un párroco con mucho peso y que dejo una importante huella en el mismo barrio.

sábado, 11 de abril de 2015

CRIMEN EN LA VERA


Gregorio Dorta Martín

A pesar del paso de los años, hay cosas de la infancia que uno recuerda mucho, tanto que se queda uno marcado de por vida. No me podre olvidarme jamás con 9 o 12 años el asesinato de una niña de corta edad, de aproximadamente 13 años en mi barrio de La Vera, hace ya mucho tiempo, poco más o menos 55 años, si la mención o el tiempo no me falla. Hablo de memoria, sin datos en la mano, no fue un sueño, no fue una película, fue una historia real que me embudo no solo a mi sino al resto de los vecinos de aquella etapa y me marco tanto pese a mi niñez, que prácticamente recuerdo mucho más ese episodio de mi infancia, que en corretear y jugar a la pelota o al escondite por aquella cuevas del barranco del barrio y, ser feliz, como lo fue mi inocencia, que pensar como un adulto había sido capaz de asesinar a una niña de tan corta edad y  en aquellas situaciones para un niño de tan poco tiempo para mi significo mucho. Incluso, pese al transcurrir del tiempo aún recuerdo toda la escena de cómo me lo contaron y como viví siendo tan infantil todo ese episodio del crimen de la Vera. Fue un asesinato en toda regla y posteriormente condenado por todos los vecinos y contado por mi padre y madre a mediodía cuando alrededor de la mesa nos sentábamos a almorzar con todos mis hermanos. Aunque antes me había instruido primero que mis propios allegados.

Como cada mediodía, padre e hijo, iban caminando por la vía de regreso a casa. Mientras le relataba mí mañana en clase de mecanografía, mi padre distraído en sus pensamientos, aún no daba crédito a su extraño y duro día. Quien daba clase de escritura al tacto era el popular Domingo “el cafetero” (q.e.p.e), que lo hacía en su casa en el camino Cordobés y el cuál era amigo y conocido de mi padre. Desde su casa a la mía se podía coger o ir por dos sitios diferentes, por cualquiera de ellos, siempre cruzando el barranco, uno por donde suele parar y dar vuelta en la actualidad la guagua que nos vienes y nos lleva ahora a Puerto de la Cruz y la otra por el puente de acero que unía la plaza de la Iglesia con la calle Nueva o mi casa, ese puente que está siendo remodelado y que se encuentra en obras. No sé por qué aquel mediodía fui yo el que eligió el camino, normalmente daba igual ir por un lado que por otro, porque la distancia era prácticamente las misma. Sin embargo, ese día mi inocencia o porque la plaza del barrio me llamaba más la atención que pasar por toda el vecindario de la calle nueva hasta mi morada.


-Papá cruzamos por aquí-le dije frenando a mi padre y tirándole del brazo-
-No hijo, es peligroso, el barranco apenas tiene arcén y por la zona de la iglesia hay muchos Guardia Civiles porque han encontrado una niña muerta- Me hizo, caso y lo dijo sin detenerse.

-Pero papá, papá-insistía-Y por qué ese hombre ha matado a esa niña.

¡Hijo ten cuidado!- me gritó y que andaba absorto por el centro de la carretera- Hay mucho asesino suelto, hay mucha gente que está muy mal de la cabeza y pierde la noción o el sentido común de las cosas. Esta gente terriblemente enferma no sabe lo que son capaces de hacer. Ayer por la tarde asesinaron a una niña muy cerca de la iglesia y el mismo homicida la enterró a cien metro de la parroquia.

Incluso, al llegar al Templo me indico donde apareció la niña. Que complicado era para mi padre que me quería tener informado, no solo por el hecho de la noticia, sino incluso para que tuviera cuidado con toda clase de gente. La cara de mi padre era todo un poema contando esa trágica noticia que había conmocionado a todo el barrio. Seguramente lo describía, no para hacerme daño, sino para que estuviera precavido que con desconocidos no podía ir a ningún lado.

--- Fue tan bestia el matador que no supo enterrar la niña. Le dejo media pierna por fuera cerca de la iglesia en la primera curva que iba desde la propia Iglesia hasta la carretera general y por ello la guardia civil no tarda en encontrar su cuerpo. Incluso, tampoco al asesino que no sé si se entregó o lo descubrió la propia Guardia Civil. Los comentarios fueron generalizados por todo el barrio, aunque a los más pequeños nos contaron la parte que más les interesaba a los padres, para que cara al futuro tuviéramos mucho cuidado con quien estábamos o que gente había que tener cierto cuidados.

---En el almuerzo alrededor de la mesa se hizo silencio y el calor apretaba lo suyo, seguramente ese crimen ocurrió en verano. Mi padre seguía hablando con los vecinos en el portal de la casa. Mis hermanas parecían doloridas, intentaban abrir los párpados e incorporarse a la mesa para comenzar el ritual de un almuerzo más, seguro que muy diferente al resto. Allí se expuso todo el contenido de lo que mi padre ya me había adelantado por el camino y alzando su voz para que tuviéramos cuidado de no llevarnos para nada con la amabilidad de algunos que se podían aprovechar de nuestra inocencia. A pesar de los años todavía recuerdo esa escena que marco algo mi infancia y seguramente muchos de los vecinos que estarán leyendo este escrito estarán pensando que ellos también se acuerda del Crimen de una niña en la Vera. Una historia negra de mi barrio que siempre con la gente de mi edad la cuento y que me hizo psicológicamente mucho daño.

miércoles, 8 de abril de 2015

LOS REALEJOS NO CAMBIAN DE RUMBO


Esteban Domínguez

En este bello rincón del Valle, no tofo es alegría y placer, a pesar de lo que diga nuestro alcalde, don Manuel Domínguez.

Ahora cuando ha llegado la primavera, desde muy temprano las gentes se van a las plazas, y por la noche, con el cielo estrellado y en plena luna de primavera, algunos han cogido la costumbre de acudir al “poli” de Barroso, a jugar al fútbol, y al baloncesto y otros deporte, como si en Los Realejos no hubiera otro lugar, donde practicar deporta. Y el Sr. Domínguez como es tan generoso, enciende los “fotos” desde las 6 de la tarde, hasta las diez de la mañana.

Últimamente se les ve, por algunos barrios, pero donde deber de ir, no va. Creo que para buen entendedor, con pocas palabras basta. Ya estamos acostumbrados, los que aquí vivimos a dormir por la mañana.

Pero me gustaría, que el “poli” de Barroso, lo tuviera cerca de su casa. Seguro que le buscaría, rápidamente, una solución, pero como a estos señores los ruidos y las molestias de quienes aquí llegan nos las oyen, les importa un bledo.

Solo servimos para pagar impuestos, la luz, la basura, el agua, la circulación de vehículos, la contribución, hacer la declaración de la renta; etc, etc. etc.

Y el hombre que dice que cuando habla, le mira las los ojos de la gente, no me lo creo. Hace unos días, estuvo en Icod el Alto, y entre otras palabras dijo, que prometió seguir gobernando este municipio, por ocho años. También quiere ir al Cabildo, y “quitarle el cargo” a Carlos Alonso, que tampoco ha hecho nada por el norte de Tenerife, ni siquiera por el Puerto de la Cruz.

Me da la impresión que todos los gobernantes quieren “matarle” al Puerto de la Cruz, la “gallina de los huevos de oro”, precisamente, la primera ciudad, turística de Canarias. Pero claro: “predicar es una cosa, y otra dar trigo”.

Ahora estamos alegres, porque los fuegos del TRES de mayo, la han declarado “fiesta de Interés, Turístico” y esperamos, los realejeros, que algún día y antes de que se baya al Cabildo, las declare de “Interés, Turístico Internacional” porque la Tradición de los fuegos de Mayo de mayo así lo requieren. Pero no solo de tan vive el hombre…
En Los Realejos como en otros lugares de Tenerife, hay aún, muchas necesidades.

¿Cuánto tiempo hacen que no se construyen viviendas sociales? Y ¿Qué pasa con los Hospitales del Norte y Sur de la Isla? Posiblemente, cuando Vd. sea presidente del Cabildo, si hay quién le vote, los terminara.

Contento esta Vd. con las “marquisimas” realizadas en Icod el Alto. Pero también ese y otros barrios, necesitan otras mejoras.

Mírele si quiere, a los ciudadanos a los ojos, pero también cumpla con su programa electoral, porque hay mucho “trigo que cortar”.
En  mayo serán las elecciones, y me dicen muchas personas, que aún no lo tienen claro, por quienes de los partidos políticos de Los Realejos, depositaran sus votos.

El mío y visto, lo visto, lo tengo claro; y como es un secreto, no lo descubriré. Lo que si le aconsejo, es que se de una vueltesita, por los barrios realejeros, y que utilice los medios que tiene a su alcance, como “Radio Realejos” para decirle a los ciudadanos, el próximo programa electoral, a fin de que queden informados de lo que el grupo Popular, quiere hacer o realizar en esta Villa Histórica de Los Realejos.

Y le recuerdo, que cuando escriba el libro, sea tan amable, y me envíe uno. Y nunca se olvide del Realejo Bajo. Lugar que ha estado siempre, y estará, por mucho que se “predique” muy abandonado.

Desde la Ermita de San Sebastián a Barroso, es un lugar “muerto” solo se ven “perritos” quienes sus dueños los sacan a pasear, para crear ambiente. Mientras tanto los servicios públicos tantas veces prometidos por los políticos, no los construyen. Da la impresión, que el Realejo de Abajo, no entra en los planes de los políticos realejeros, ni de la corporación.

Y antes que se me olvide, lo quiero felicitar. Fue el “Domingo de Ramos! cuando a un miembro de la Hermandad del Santísimo, en plena Celebración Eucarística en la parroquia de La Concepción, sufrió una lipotimia, y Vd. acudió entre otras personas para ayudarle. Un buen gesto que le reconozco.

El martes día 7 en plena lluvia, una persona mayor, se desplomó en la plaza de “Las Flores”, y grito que lo levantaran. Allí no estaba la Policía Municipal. Este que suscribe le ayudo a levantarse, ¿pero si en aquel momento y dado la lluvia que estaca cayendo, que hubiese pasado con este hombre ya de avanzada edad?. Ni pensar, lo que hubiese ocurrido. También le ayudaron una mujer y un hombre que yo le dije que me ayudara. Ósea, somos humanos, y debemos de ayudarnos unos a otros, en las alegrías y en la enfermedad, y los políticos que cobran de nuestros impuestos, deben de ocuparse un poquito mas, del ser humano.

¡Que pena señor Alcalde¡ ¡Que pena amigo mío¡










DOS POLÍTICAS DE INTERÉS, LA IGLESIA Y EL GOBIERNO

José Peraza Hernández. – Cronística Local 08-04-2015

Nos encontramos hace unos días con una noticia sorprendente, que nos parecía una broma de mal gusto, decía así: “La reforma del Registro Civil dejará sólo el de Santa Cruz de La Palma”. La aplicación de esta ley obligará a los habitantes del resto de municipios a desplazarse hacia la capital para realizar unos trámites que hasta ahora hacían cerca de sus casas.


La reforma del Registro Civil, que entrará en vigor el próximo 15 de julio de 2015, perjudicará al 80,6% de la población de La Palma, según denuncia CC en la isla. La nueva ley supondrá el cierre de las oficinas que existen en cada uno de los municipios y solo se continuará dando el servicio en Santa Cruz de La Palma. Y es previsible que esta privatización suponga el cobro de tasas por unos trámites que hasta ahora eran gratuitos. "Es probable que eliminar el carácter público de la prestación de este servicio suponga también un cambio de horario para la atención al público, lo que puede tener graves consecuencias", se puede leer en la noticia. Asimismo, sigue la noticia: "La aplicación de esta ley obligará a los habitantes del resto de municipios a desplazarse para realizar unos trámites que hasta ahora hacían cerca de su casa", denuncia la secretaria general de CC, Guadalupe González Taño. Y lo mismo sucederá en todos las islas.


Por otra parte en el Diario de Noticias Libre. Nos hacemos eco de lo siguiente: El Papa denuncia el cobro de bodas y bautizos en las Iglesias. Desde La Ciudad del Vaticano, El Papa Francisco, ha criticado que La Iglesia esté cobrando por los registros realizado por los curas de las parroquias. En esta misma línea, el Pontífice Romano afirma que las parroquias no se pueden convertir en “casas de negocio”, y que no se puede cobrar por celebrar bautizos o bodas. Su argumento parece sacado de la parte del nuevo evangelio donde Jesús expulsa a los mercaderes del tempo, ya que habían transformado la casa de oración en cueva de ladrones. Así, deja claro que los sacerdotes no pueden hacer negocio con los sacramentos. El mismo patriarca de la Iglesia insiste en que no se puede poner precios los sacramentos, ya que “la salvación es para todos”, y por lo tanto gratuita.      

Comparando estas dos noticias, en la primera donde el Gobierno Español quiere privatizar el Registro Civil; y en la segunda, que se critica el negocio que hacen las parroquias con los propios registros de los sacramentos; podemos afirmar que el Gobierno Español debe entender que El Registro Civil es un derecho, y no una propiedad del propio Gobierno Español. Y que no puede convertir el Registro Civil Público en un derecho mermado, ya que ello va en contra de la actual Constitución Española.   

lunes, 6 de abril de 2015

CATÁSTROFE DE LOS ALPES Y PELÍCULA

Evaristo Fuentes Melián

Aunque Luis Goytisolo en un reciente artículo escribe que los típicos en general suelen ser falsos, yo opino por el contrario que los tópicos suelen coincidir con la realidad. Creo tanto en los tópicos, que lo que más menos me cuadra del reciente accidente del avión alemán de pasajeros en Los Alpes, es que el piloto y la compañía fueran alemanes. Con la fama –bien ganada, tópica, pero también típica y real--que tienen los alemanes de hacer las cosas correctamente, ahora sucede que este copiloto era alemán y era enfermo mental con certificación médica, y nadie tomó las medidas para darlo de baja. No lo comprendo en absoluto, no me cabe en mi caletre de concienzudo admirador e imitador en lo posible de los ‘cabezas cuadradas’.  En fin, que mi mentalidad hubiera asimilado mejor la traumática catástrofe si el avión y el piloto hubieran sido españoles o de algún país del Sur de Europa, o, por supuesto, de Sudamérica o de África. Y he llegado a pensar morbosamente que, como era una compañía de segunda categoría, de bajo coste, el examen rigoroso de todo ente alemán que se precie, tuvo un casi imposible rasgo de negligencia y por ahí se coló este joven copiloto sicópata reconocido más que presunto.

Por otro lado, este accidente real de Los Alpes converge y coincide en muchos puntos con el primer episodio de la película argentina ‘Relatos salvajes’ (del año 2014): un piloto de avión comercial, a quien llaman ‘Pasternak’, sicópata adulto por sus traumas desde la infancia, consigue reunir subrepticiamente en un mismo vuelo a todos los que se habían reído de él y le habían hecho daño en algún momento de su vida. Su siquiatra de siempre, llegado el momento álgido de la trama, intenta persuadirle de que la culpa verdaderamente la tuvieron los padres de ‘Pasternak’. Este episodio fílmico termina cuando el acomplejado piloto, desquiciado, vengativo reconcentrado por haberse mantenido tanto tiempo en introvertido silencio, enfila el morro del avión hacia una determinada zona residencial, exactamente hacia el jardín del chalet donde en aquel momento sestean plácidamente sus progenitores.
   En conclusión y por si hubo presunto mimetismo, ese afán de copiar tan frecuente en estos casos, hay una última morbosa e inquietante pregunta: en uno de sus tantos viajes aéreos anteriores, ¿llegó a visionar el copiloto del siniestro de Los Alpes la referida película argentina?   ¡Uff!

Espectador